La conjunción o no se
tilda en ningún caso.
Ténganse en cuenta los siguientes
casos:
1. 1 o 2
2. n o s
3. + o -
En el
ejemplo 1 la conjunción está separada de los números que coordina y su tamaño
es diferente; por tanto, no puede confundirse con el cero (O).
En el
ejemplo 2 deben emplearse otros recursos con función diacrítica, como la cursiva:
n o s, o las comillas: «n» o «s». Lo mismo se puede hacer en el ejemplo 3: + o
-, «+» o «-».
También se
puede argumentar que a veces se confunden el cero y la conjunción o cuando
aparecen juntos números y letras, como en algunos códigos: 12301oqO.
Efectivamente, puede darse esa confusión, pero no corresponde a la ortografía
dar solución a esos casos.
Se recomienda no
tildar el adverbio solo en ningún caso.
Los casos
de ambigüedad con solo se pueden evitar como cualquier otro de los tantos que
pueden presentarse en la lengua. La ambigüedad está relacionada con el
contexto, el orden de las palabras o la puntuación, pero no con la tilde, que
solo marca la vocal perteneciente a la sílaba tónica de una palabra. Además,
hay sinónimos que pueden sustituir a ese adverbio: solamente y únicamente.
Un caso
como Solo Juan se sentía mejor tiene una interpretación: Solamente Juan se
sentía mejor. Si se pretende decir que Juan, estando solo, se sentía mejor,
debe escribirse una coma después de Solo: Solo, Juan se sentía mejor. Si
estuviera intercalado, el adjetivo estaría encerrado entre comas: Juan, solo,
se sentía mejor. Si empleamos un gerundio, se requiere la misma puntuación:
Estando solo, Juan se sentía mejor; Juan, estando solo, se sentía mejor.
Otros
casos, como Solo tomo café solo, se pueden resolver de la misma forma.
• Solo tomo café solo = Solamente tomo café solo
• Solo, tomo café solo = Estando solo, tomo café solo
• Solo, tomo café solamente = Estando solo, tomo café
solamente
También
existe otra posibilidad para el primer ejemplo: Solo tomo café solo = Solamente
cuando estoy solo tomo café, cuya ambigüedad no se resuelve tildando el
adverbio (Sólo tomo café solo) ni sustituyéndolo por solamente, ya que se
produce porque el adjetivo solo puede referirse al sujeto (yo) o al sustantivo
café. Compárese con Solo tomo café endulzado y Solo tomo café sentado, en cuyos
casos no hay ambigüedad.
Como puede
verse, la tilde tampoco es una solución para todos los casos, como algunos
creen. El problema principal de los ejemplos propuestos es la redacción, que
implica puntuar adecuadamente y también escoger las palabras y ordenarlas de
manera conveniente. Aun así, de nuevo, hay que insistir en que es fundamental
el contexto (lingüístico o extralingüístico). Si estoy en una cafetería y le
digo a alguien Solo tomo café solo, se entenderá lo que quiero decir a pesar de
la repetición nada recomendable de la palabra solo.
Se recomienda no
tildar los demostrativos en ningún caso.
Si los
casos ambiguos con solo tienen solución, igualmente la tienen los poquísimos
casos que pueden presentarse con los demostrativos mencionados. De nuevo, la
tilde no se justifica porque, si preceden o no a un sustantivo, los
demostrativos (adjetivos o pronombres) se pronuncian siempre igual: la sílaba
tónica es la misma en cada caso.
Los casos
que a veces se mencionan tienen problemas de redacción o de orden sintáctico,
como Cuando estos regalos compran, aquellos libros leen. En este ejemplo, según
se creía y todavía creen algunos, es necesaria la tilde para deshacer la
ambigüedad: Cuando éstos regalos compran, aquéllos libros leen. El ejemplo,
entonces, equivale a Cuando estos compran regalos, aquellos leen libros, que no
es ambigua.
Como se
puede ver, la solución está en cambiar el orden de las palabras. Si fuera
necesaria la tilde para desambiguar el ejemplo anterior, también la
necesitaríamos en estos otros y no se ha usado:
• Cuando unos regalos compran, otros libros leen
• Cuando algunos regalos compran, otros libros leen
Todos esos ejemplos tienen las siguientes equivalencias:
• Cuando unos compran regalos, otros leen libros / Cuando
compran unos regalos, leen otros libros
• Cuando algunos compran regalos, otros leen libros / Cuando
compran algunos regalos, leen otros libros
Por otra
parte, según las teorías gramaticales actuales, no es necesario diferenciar
entre adjetivos demostrativos y pronombres demostrativos, sino que basta con
llamarlos determinantes demostrativos.
Se elimina la tilde
de palabras como guion, ion, etc.
La
secuencia de vocal abierta y vocal cerrada átona forma diptongo desde el punto
de vista ortográfico, al igual que la secuencia de dos vocales cerradas
distintas, lo cual no indica que todos los hablantes siempre pronuncian esas
secuencias en una sola sílaba; igualmente, la secuencia de dos vocales abiertas
forma hiato ortográfico, pero no todos los hablantes la pronunciarán siempre en
dos sílabas. Lo mismo ocurre con los triptongos.
Algunos
dirán in-clu-i-do (dividido en cuatro sílabas) y otros dirán in-clui-do
(dividido en tres sílabas), pero todos escribimos incluido y no incluído.
También consideramos que hay hiatos ortográficos en a-cor-de-ón o le-ón, aunque
muchas personas los pronuncien como diptongos: a-cor-deón, león.
Como ya se explicó, nuestra ortografía
dispone de dos normas generales: vocal abierta y vocal cerrada átona (o
viceversa) forman diptongo ortográfico: ca-mión, cie-lo, lai-co, pei-ne,
pien-so, etc.; y dos vocales cerradas distintas también forman diptongo:
ciu-dad, cui-dar, etc.
Si se
aplican esas convenciones, palabras como fio, guion o ion son monosílabas, ya
que aparece una vocal abierta (o) y una vocal cerrada átona (i). Lógicamente,
algunas personas pronunciarán un diptongo y otras pronunciarán un hiato en cada
caso, pero todos escribiremos fio, guion, ion.
La tilde
no indica división silábica, sino tonicidad, y, en todos esos casos, el acento
prosódico recae siempre en la vocal abierta del diptongo o, cuando aparecen dos
vocales cerradas distintas, recae siempre o mayoritariamente en la segunda de
ellas; es decir, en la palabra guion, el acento recae en la vocal o,
independientemente de que unos la pronuncien en una sílaba o en dos.
Lo mismo
vale para los triptongos. Por convención ortográfica, se considera que los
triptongos están formados por la secuencia de vocal abierta precedida y seguida
por vocal cerrada átona: confiáis, desviéis, miau, etc. Si se aplica esa norma
general, las palabras criáis, fiáis, fiéis, guiáis, liéis, piáis, etc., se
consideran monosílabas, y la tilde sobra porque, en estos casos, siempre el
acento recae en la vocal abierta, lo cual es independiente de que las personas
pronuncien esas secuencian en una sílaba o en dos: criais, fiais, fieis,
guiais, liéis, piais, etc.
En
conclusión: se aplican las normas generales de acentuación que todos conocemos
y se eliminan varias decenas de excepciones. Cada quien seguirá silabeando como
siempre lo ha hecho.
Las palabras
afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio, criais, crieis y
las de voseo crias, cria (de criar); fie, fio, fiais, fieis y las de voseo
fias, fia (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio, friais (de freír); frui,
fruis (de fruir); guie, guio, guiais, guieis y las de voseo guias, guia (de
guiar); hui, huis (de huir); lie, lio, liais, lieis y las de voseo lias, lia
(de liar); pie, pio, piais, pieis y las de voseo pias, pia (de piar); rio,
riais (de reír); sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan;
y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion.
Aunque la
ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía
ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las
pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En
cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción. Esta convención
es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes
deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con
hiato o con diptongo.
Exclusión de los
dígrafos ch y ll del abecedario
Se excluyen
definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son
letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que
representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las
veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o,
p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.
Al tratarse
de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o
que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les
corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar
el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación
de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose
desde entonces en todas las obras académicas.
Propuesta de un solo
nombre para cada una de las letras del abecedario
Algunas de
las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes zonas
del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de
interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el
nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de
convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por
la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El
nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de
cada letra.
a, A b, B c, C d,
D e, E f,
F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i
j, J k, K l, L m,
M n, N ñ,
Ñ o, O p,
P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu
r, R s, S t, T u,
U v, V w,
W x,
X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve
doble equis ye zeta
La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra
no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes
denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a
continuación se comentan:
o La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es
el único empleado en España, pero también es conocido y usado en buena parte de
América, donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los
hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos
corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral
el nombre de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente
igual.
o La letra b se denomina simplemente be entre aquellos
hispanohablantes que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes
llaman ve (corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan
habitualmente para la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be
alta.
o La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve
doble, doble uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u).
Se da preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común
recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación
pospuesta de los adjetivos.
o La letra y se denomina i griega o ye. El nombre ye se creó
en la segunda mitad del siglo xix por aplicación del patrón denominativo que
siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la
letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre
recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad.
Sustitución, por
grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente
en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum
> cuórum)
En el sistema
ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento integrante del
dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo],
quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones,
con la letra c (canguro [kangúro], cuenta [kuénta], tictac [tikták]), aunque en
préstamos de otras lenguas también puede aparecer representado por la letra k
en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo [kílo], kurdo [kúrdo], anorak
[anorák]).
Es, por lo
tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como grafema
independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de otras
lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una
q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben
sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para
representar dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark
o quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark,
cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q,
estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no
adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.
Aplicando la
misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con preferencia
las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos países árabes, mejor que
Qatar e Iraq, transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de
la q ajeno al sistema ortográfico del español.
Normas sobre la
escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento
ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)
Por primera
vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura
de las voces o expresiones prefijadas.
Los prefijos
son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica
(una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos
valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse
para la correcta escritura de los prefijos en español:
o Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan
cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola
palabra: antiadherente, antirrobo, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico,
exjefe, exnovio, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía,
provida, superaburrido, superbién, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este
caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece
unido con guion a la palabra base (anti-mafia) o separado de ella por un
espacio en blanco (anti mafia). Si se forma una palabra anteponiendo a la base
varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion
intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.
o Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza
por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se
antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: mini-USB, pro-Obama. El
guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro
sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en
posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la
base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de
cifras: sub-21, super-8.
o Se escriben necesariamente separados de la base a la que
afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por
varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son
especialmente proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya
se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la
gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex
relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma
circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra
Mundial, vice primer ministro.
Así pues, un
mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion o
completamente separado en función de los factores arriba indicados:
supercansado, super-8, super en forma, etc.
Las normas
aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo
se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada. A partir de esta
edición de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen
para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la
base si esta es univerbal (exjugador, expresidente, etc.), aunque la palabra
prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás:
exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.;
y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex
teniente de alcalde etc.
Equiparación en el
tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las
locuciones
En la nueva
ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se emplean en
textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas; la
principal novedad en este sentido es la equiparación en el tratamiento
ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se
incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de
lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones
latinas (latinismos).
De acuerdo
con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados
—aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan
rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse
en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter
foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio,
los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas
de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su
pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas
de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las
reglas de acentuación gráfica del español:
Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos
los domingos
La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se
suspendió por falta de cuórum.
La historia tuvo un happy end de película.
Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las
puertas.
La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló
el conflicto.
Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto.
Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida.
Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu
quo.
Renunció motu proprio a todos sus privilegios.
Decidieron aplazar sine die las negociaciones.
El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento.