miércoles, 23 de septiembre de 2015

Enamorad@s de Dios

Vamos a hablar de amor, sí amor, que nunca es un tema pasado de moda; pero como todos quieren ser originales a la hora de hablar sobre el amor, aquí va mi giro de tuerca, mi vieja novedad, lo que ya hemos escuchado muchas veces, pero aún así queremos seguir escuchando.
Siempre me había parecido un poco rara la concepción de que tenemos que amar a Dios, Él nos ama, así que, lo suyo es corresponder a Dios. Pero lo que más raro me parecía es que deberíamos estar enamorados de él, enamoradas también, por eso lo de la @ en el título. ¿Pero es eso posible? Pues ahora que por fin lo entendí, creo que sí. 
Y bien, estar enamorado implica amar, así que puedes estar enamorado de cualquier persona, ya que, amar abarca enamorar. Pero tienes el en allí y no sabes que hacer con él, no sabes porque está allí. 
Para mi, y no sé si la RAE estará de acuerdo conmigo, enamorar es hacer que alguien te ame. ¿Como haces que alguien te ame? Provocando amor en esa persona, o sea, hacer que por medio de ti empiece a amar.
¿Por qué creeis que las personas enamoradas les parece todo más bonito? Porque lo ven todo através de la lupa del amor. Y sí puede sonar romántico y todo, pero en realidad para mi tiene todo el sentido del mundo. Si tú tratas bien a una persona, eres amable, sonríes... de alguna forma provocas algo en esa persona. Si las personas tienen un mal carácter o no son capaces de amar, tendrán hacia ti un cierto respeto que hacia otros personas no tienen. Por qué creeis que las personas más "malas" siempre tienen cierto amor hacia sus madres, o sus padres. Si sus padres han sabido amarles, eso es una huella que queda en ellos. Y aunque no sea amor de verdad, es mucho más amor el que sienten por su madre del que son capaces de sentir por nadie en el día a día. 
Así llego a una huella, el amor creo que trasforma y la falta de amor también. Pero al fin y al cabo deja una huella. Si alguien te trata mal, saca lo peor de ti, y por mucho amor que le tengas, te distanciarás de la persona poco a poco. Pero bueno siempre hay excepciones, pero no sacan lo mejor de tí, sino lo peor. 
Teniendo todo esto abarcado, hace como un año le pedí a Dios me me mostrara que él de verdad me ama. Que yo creía lo que decía la Biblía de su amor, pero que yo quería sentirlo personalmente en mi vida. Que yo quería saber que Él me ama a mi. Quería sentirme especial, porque todo lo que no me sentía era especial. 
Cuando entregas tu vida a Dios, las cosas cambian mucho, y es muy fácil empezar a ver todos los errores, y querer enemendarlos todos, pero si se hace forzadamente, eso puede traer más condención que sanidad. 
Pero para que una herida sane hay que desinfectarla, eso duele, y luego hay que tener mucha paciencia y cuidado para que se cure bien. 
Pues bien, cuando de verdad me di cuenta de lo mucho que necesitaba a Dios en mi vida, le dije que me mostrara las cosas que había hecho mal, tanto grandes como pequeñas. Que me enseñara donde me habían hecho daño, y que el me fuera curando el corazón, porque de verdad lo tenía mal, muy trizas y esas cosas. 
Me esperaba sentir cada vez mejor, pero nop, tuve que sufrir un poco más, y un pelín más, y bueno, a ver si acaba esto del sufrimiento que ya cansa. Y cuando perdí la paciencia, y me veía igual de mal que siempre, fui llorando y hablé con mi pastor. Los pastores son gente muy guay, al menos el mío lo es, y me dijo que tuviera aún un poco más de paciencia, porque ya había progresado mucho, que él veía ya como había progresado y que siguiera teniendo fe. 
Pues la cosas no mejoraron, y hasta hoy en día siguen igual que mal que siempre. Hay días y días, y no me puedo quejar. Mis amigas se pueden quejar de todas las veces que me desahogo con ellas, y quizás ellas también le estén pidiendo a Dios que ya las cosas vayan bien. 
Pero, ¿cómo entonces, a pesar de todo esto, sigo siendo capaz de decir y estar más que contenta de anunciar que estoy enamorada de Dios? 
Pues en cada uno de esos momentos, en cada una de esas lágrimas que derramé, y soy muy llorica, Él estuvo allí. Dios estaba a mi lado, y por cada cosa mala que pasaba, me daba un pequeño respiro y me hacía ver algo bonito, me da un regalo para mi. Así que, cada vez más agradecida pasaba más tiempo orando, hablando con Dios, consultándole las cosas, y como los enamorados pasan tiempo juntos, se cuentan todo, y están allí siempre el uno para el otro, por eso hoy puedo decir que estoy enamorada de Dios. 
Cada día que pasa Él me da un suspiro, y es suficiente para volver a ver la vida en perspectiva, y sentirme amada. Ya reconozco que cosas vienen de él. Ya sé como es estar en su presencia. Pero también sé que cuanto más estoy en su presencia más se complican las cosas en la vida real. Pero de eso se trata, de aumentar nuestro amor por Dios. No aumentar nuestra fe, porque sin amor hacia Dios no podemos tener más fé. Sin pasar tiempo con tu amado, no puedes aprender a amarlo más. Sin hablar y descubrir cosas nuevas que Él tiene preparado para ti, no puedes tener más fe. No así porque sí. 
Y es así, como deseo pasar mi día a día, es así, sientiéndome amada, sientiéndome especial, porque cuando eres amada por alguien, te sientes especial. Ese alguien ha visto algo en ti que nadie más ha visto, y te ha amado por y a pesar de ello. Ese alguien es Dios, y te ha creado, pero también ha creado el unvierso y muchas otras cosas que quizás ni sabes de ellas. 
Por eso puedo ser feliz, porque sé que soy amada por el mejor, por el más guay de todos. Porque Él que no solamente ha visto algo especial en mi, me ha creado con algo especial, y me ha dado cosas que solo para mi tenía planeadas dármermelas. 
Así que enamoraros más y más y más y más. Pero primero y antes todo, pedir que os muestre lo mucho que os ama, pero aviso, no hay vuelta atrás.