jueves, 23 de enero de 2014

Sentidos- Capítulo 2

La comunicación se puede dar de muchas formas, a veces solo tienes que escuchar, que sentir. Tocar el suelo con los pies descalzos deja marcas en mis suelas, pero no es desagradable, me he hecho con el dolor, ahora disfruto de la comunicación. Hay una conexión entre mi cuerpo y las cosas que me rodean y eso nadie puede negarlo, es algo increíble. Hay dos emisores y dos receptores de un solo mensaje, el que está impregnado en nuestras células, ya sean estas células vivas o no.
Una vez que mi uña roza el espejo adopta su textura, siento como mis células son invadidas por el cristal, su complejidad de sorprende, tengo más en común de lo que me esperaba con él. Inconscientemente me dejo llevar por la sensación de placer y dolor que recorren mi cuerpo, mis dos manos están al límite del cristal, y es entonces cuando siento el click, hasta ahora yo era un invitado para el espejo pero ya no lo soy, el mensaje se ha roto, porque el canal ha dejado de ser estable. Mi sustancia hace cambiar la del espejo y ningún anfitrión le gusta que su huésped le rompa la casa.
Retiro las manos con suavidad para no romper el cristal y poco a poco la sangre vuelve a fluir de la misma forma hacia mi corazón. De repente me siento sola, perdida. Si podría explicártelo mejor, si supiera las palabras… si ellas fueran suficientes para describir lo que no se puede describir, me entenderías, ellos me entenderían, pero no sé como, no hay forma de contar la verdad sin ser adulterada por nuestra limitada razón.
¡Qué coño!
Ups, creo que he dejado una marca en el cristal; sí el hombrecillo de detrás del espejo falso ha encendido la luz y ahora puedo ver a través del cristal, justo en el hueco donde puse antes las manos. ¿Cómo le puedes pedir perdón a un espejo? Supongo que no puedes, no después de arruinarlo.
¿Qué has hecho?
Me mira ceñudo, tiene la cejas bastante gruesas y una mata de pelo muy extraña, como amarillenta. Los ojos, son diferentes a los míos, desde aquí parecen más redondos. Me acercó al espejo,
-Que pelo más raro tienes…
Vale Jake no te preocupes, la loca solo puede verte.  
-En realidad no, te oigo también, y como me llames otra vez loca, atravieso el espejo y te lo comes.
¡No! ¡No puedes hacer eso!
Oh, mierda tiene razón, es decir, no sé porque le he hablado de esa forma, pero no es muy amable llamar a una persona loca solo porque pueda meter las manos en un espejo…
Muy bien, ahora lo suyo sería volver a la cama, vale, y esperar… este… un par de horitas más y luego le preguntas al psiquiatra todo lo que quieras.
-Oye, pero, ¿tú de que vas tío? ¡Qué no estoy loca!
¿Ah sí? ¿Entonces por qué te tienen encerrada como si fueras una? ¿Y porqué coño puedes oírme?
-¿Por qué me estás gritando?
Joder, porque me has dado un susto de muerte, y como me hagan pagar el cristal…
-Pues yo no tengo dinero, y tú eres el que se ha quedado dormido en el trabajo.
Eso no es verdad.
-¡Te he oído roncar!
Yo no ronco, y no me has contestado, porqué puedes oírme, estás es una habitación insonorizada.
-Eso a ti no te importa.
Claro que me importa.
-Mira, yo sé un secretito tuyo, tu sabes que yo tengo un secretito, ¿por qué no hacemos como que no supiéramos de nuestros secretitos?
Esta tía esta pirada.
Entrecierro los ojos, y luego le doy la espalda y me voy hasta mi cama.
Lo siento, ¿vale?...por llamarte loca, soy muy bocazas…a veces. Y acepto el trato, de verdad que necesito el trabajo.
Antes de meterme en la cama me giro y le pregunto:
-¿Qué es joder?

Su cara no tiene precio, claro que sé que significa joder, es una palabra, fea, pero que describe otro tipo de comunicación, y ¿cómo sé yo esto? Supongo que tendré que contártelo más adelante.


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