domingo, 31 de marzo de 2013

Extracto de novedades de la Ortografía de la RAE de 2010


La conjunción o no se tilda en ningún caso.
            Ténganse en cuenta los siguientes casos:
1. 1 o 2
2. n o s
3. + o -
            En el ejemplo 1 la conjunción está separada de los números que coordina y su tamaño es diferente; por tanto, no puede confundirse con el cero (O).
            En el ejemplo 2 deben emplearse otros recursos con función diacrítica, como la cursiva: n o s, o las comillas: «n» o «s». Lo mismo se puede hacer en el ejemplo 3: + o -, «+» o «-».
            También se puede argumentar que a veces se confunden el cero y la conjunción o cuando aparecen juntos números y letras, como en algunos códigos: 12301oqO. Efectivamente, puede darse esa confusión, pero no corresponde a la ortografía dar solución a esos casos.

Se recomienda no tildar el adverbio solo en ningún caso.
            Los casos de ambigüedad con solo se pueden evitar como cualquier otro de los tantos que pueden presentarse en la lengua. La ambigüedad está relacionada con el contexto, el orden de las palabras o la puntuación, pero no con la tilde, que solo marca la vocal perteneciente a la sílaba tónica de una palabra. Además, hay sinónimos que pueden sustituir a ese adverbio: solamente y únicamente.
            Un caso como Solo Juan se sentía mejor tiene una interpretación: Solamente Juan se sentía mejor. Si se pretende decir que Juan, estando solo, se sentía mejor, debe escribirse una coma después de Solo: Solo, Juan se sentía mejor. Si estuviera intercalado, el adjetivo estaría encerrado entre comas: Juan, solo, se sentía mejor. Si empleamos un gerundio, se requiere la misma puntuación: Estando solo, Juan se sentía mejor; Juan, estando solo, se sentía mejor.
            Otros casos, como Solo tomo café solo, se pueden resolver de la misma forma.
• Solo tomo café solo = Solamente tomo café solo
• Solo, tomo café solo = Estando solo, tomo café solo
• Solo, tomo café solamente = Estando solo, tomo café solamente
            También existe otra posibilidad para el primer ejemplo: Solo tomo café solo = Solamente cuando estoy solo tomo café, cuya ambigüedad no se resuelve tildando el adverbio (Sólo tomo café solo) ni sustituyéndolo por solamente, ya que se produce porque el adjetivo solo puede referirse al sujeto (yo) o al sustantivo café. Compárese con Solo tomo café endulzado y Solo tomo café sentado, en cuyos casos no hay ambigüedad.
            Como puede verse, la tilde tampoco es una solución para todos los casos, como algunos creen. El problema principal de los ejemplos propuestos es la redacción, que implica puntuar adecuadamente y también escoger las palabras y ordenarlas de manera conveniente. Aun así, de nuevo, hay que insistir en que es fundamental el contexto (lingüístico o extralingüístico). Si estoy en una cafetería y le digo a alguien Solo tomo café solo, se entenderá lo que quiero decir a pesar de la repetición nada recomendable de la palabra solo.

Se recomienda no tildar los demostrativos en ningún caso.
            Si los casos ambiguos con solo tienen solución, igualmente la tienen los poquísimos casos que pueden presentarse con los demostrativos mencionados. De nuevo, la tilde no se justifica porque, si preceden o no a un sustantivo, los demostrativos (adjetivos o pronombres) se pronuncian siempre igual: la sílaba tónica es la misma en cada caso.
            Los casos que a veces se mencionan tienen problemas de redacción o de orden sintáctico, como Cuando estos regalos compran, aquellos libros leen. En este ejemplo, según se creía y todavía creen algunos, es necesaria la tilde para deshacer la ambigüedad: Cuando éstos regalos compran, aquéllos libros leen. El ejemplo, entonces, equivale a Cuando estos compran regalos, aquellos leen libros, que no es ambigua.
            Como se puede ver, la solución está en cambiar el orden de las palabras. Si fuera necesaria la tilde para desambiguar el ejemplo anterior, también la necesitaríamos en estos otros y no se ha usado:
• Cuando unos regalos compran, otros libros leen
• Cuando algunos regalos compran, otros libros leen
Todos esos ejemplos tienen las siguientes equivalencias:
• Cuando unos compran regalos, otros leen libros / Cuando compran unos regalos, leen otros libros
• Cuando algunos compran regalos, otros leen libros / Cuando compran algunos regalos, leen otros libros
            Por otra parte, según las teorías gramaticales actuales, no es necesario diferenciar entre adjetivos demostrativos y pronombres demostrativos, sino que basta con llamarlos determinantes demostrativos.

Se elimina la tilde de palabras como guion, ion, etc.
            La secuencia de vocal abierta y vocal cerrada átona forma diptongo desde el punto de vista ortográfico, al igual que la secuencia de dos vocales cerradas distintas, lo cual no indica que todos los hablantes siempre pronuncian esas secuencias en una sola sílaba; igualmente, la secuencia de dos vocales abiertas forma hiato ortográfico, pero no todos los hablantes la pronunciarán siempre en dos sílabas. Lo mismo ocurre con los triptongos.
            Algunos dirán in-clu-i-do (dividido en cuatro sílabas) y otros dirán in-clui-do (dividido en tres sílabas), pero todos escribimos incluido y no incluído. También consideramos que hay hiatos ortográficos en a-cor-de-ón o le-ón, aunque muchas personas los pronuncien como diptongos: a-cor-deón, león.
            Como ya se explicó, nuestra ortografía dispone de dos normas generales: vocal abierta y vocal cerrada átona (o viceversa) forman diptongo ortográfico: ca-mión, cie-lo, lai-co, pei-ne, pien-so, etc.; y dos vocales cerradas distintas también forman diptongo: ciu-dad, cui-dar, etc.
            Si se aplican esas convenciones, palabras como fio, guion o ion son monosílabas, ya que aparece una vocal abierta (o) y una vocal cerrada átona (i). Lógicamente, algunas personas pronunciarán un diptongo y otras pronunciarán un hiato en cada caso, pero todos escribiremos fio, guion, ion.
            La tilde no indica división silábica, sino tonicidad, y, en todos esos casos, el acento prosódico recae siempre en la vocal abierta del diptongo o, cuando aparecen dos vocales cerradas distintas, recae siempre o mayoritariamente en la segunda de ellas; es decir, en la palabra guion, el acento recae en la vocal o, independientemente de que unos la pronuncien en una sílaba o en dos.
            Lo mismo vale para los triptongos. Por convención ortográfica, se considera que los triptongos están formados por la secuencia de vocal abierta precedida y seguida por vocal cerrada átona: confiáis, desviéis, miau, etc. Si se aplica esa norma general, las palabras criáis, fiáis, fiéis, guiáis, liéis, piáis, etc., se consideran monosílabas, y la tilde sobra porque, en estos casos, siempre el acento recae en la vocal abierta, lo cual es independiente de que las personas pronuncien esas secuencian en una sílaba o en dos: criais, fiais, fieis, guiais, liéis, piais, etc.
            En conclusión: se aplican las normas generales de acentuación que todos conocemos y se eliminan varias decenas de excepciones. Cada quien seguirá silabeando como siempre lo ha hecho.
         Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio, criais, crieis y las de voseo crias, cria (de criar); fie, fio, fiais, fieis y las de voseo fias, fia (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio, friais (de freír); frui, fruis (de fruir); guie, guio, guiais, guieis y las de voseo guias, guia (de guiar); hui, huis (de huir); lie, lio, liais, lieis y las de voseo lias, lia (de liar); pie, pio, piais, pieis y las de voseo pias, pia (de piar); rio, riais (de reír); sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion.
         Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción. Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.

Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario
         Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.
         Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.

Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario
         Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de cada letra.

a, A      b, B     c, C      d, D     e, E      f, F       g, G      h, H     i, I
a          be       ce        de       e          efe      ge        hache i

j, J        k, K     l, L       m, M   n, N     ñ, Ñ     o, O     p, P     q, Q
jota     ka        ele       eme    ene     eñe     o          pe       cu

r, R      s, S      t, T      u, U     v, V      w, W               x, X      y, Y      z, Z
erre    ese      te        u         uve     uve doble      equis  ye        zeta

La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se comentan:
o La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América, donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual.
o La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta.
o La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los adjetivos.
o La letra y se denomina i griega o ye. El nombre ye se creó en la segunda mitad del siglo xix por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad.

Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum > cuórum)
         En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], cuenta [kuénta], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo [kílo], kurdo [kúrdo], anorak [anorák]).
         Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.
         Aplicando la misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del español.

Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)
         Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.
         Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:
o Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exnovio, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, provida, superaburrido, superbién, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia) o separado de ella por un espacio en blanco (anti mafia). Si se forma una palabra anteponiendo a la base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.
o Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: mini-USB, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.
o Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, vice primer ministro.

         Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: supercansado, super-8, super en forma, etc.
         Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada. A partir de esta edición de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, expresidente, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex teniente de alcalde etc.

Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las locuciones
         En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas; la principal novedad en este sentido es la equiparación en el tratamiento ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas (latinismos).
         De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica del español:

Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los domingos
La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se suspendió por falta de cuórum.

La historia tuvo un happy end de película.
Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las puertas.
La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló el conflicto.
Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto.
Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida.
Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu quo.

Renunció motu proprio a todos sus privilegios.
Decidieron aplazar sine die las negociaciones.
El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento.

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